Comienzo con la foto, si... es mi foto con Anthony Bourdain, quien el pasado 23 de agosto dio una conferencia en el Hotel Tamanaco de Caracas.
La conferencia fue sencillamente fabulosa... un hombre modesto, con mucha suerte y reconocida experiencia hablando de sus vivencias, las cuales son muchas y muy variadas, solo basta con ver su programa "Sin Reservas" para entender el contexto en el cual éste personaje puede referirse a la comida mundial.
El nombre de la conferencia fue "Confesiones de un Chef", título de su último libro.
Entre las confesiones más interesantes puedo comentar se encuentra la conclusión sobre el plato más difundido en el mundo, yo hubiese apostado a la comida china, sin embargo, a criterio de Anthony Bourdain es la PIZZA, si la pizza, aunque pensándolo bien, en los países que he tenido la oportunidad de visitar, incluyendo Cuba, éste plato se destaca como algo popular e impelable. Si, en serio, la Pizza!
El tipo me pareció encantador... agregado a lo que de él se conoce como chef, viajero y explorador gastronómico. Hizo referencias a la película Ratatouille, comentó sobre sus gustos, cómo llego a su actual ocupación, contestó hasta las preguntas mas necias de los asistentes, quienes lamentablemente no se destacaron por sus astutas intervenciones, sin embargo, supo hacer de sus respuestas algo que vale la pena escuchar. Ah... por cierto, dejó abierta la posibilidad de hacer un programa en Venezuela y dijo haber probado la Reina Pepeada.
Lo acompañaron Edgar Leal y Sumito, con excelentes exposiciones. Edgar Leal, haciendo siempre énfasis en las claves para un restaurante exitoso, tema en el cual creo deben darle crédito considerando lo logrado por Cacao en Coral Gables. Y Sumito, más filosófico, pero como siempre, honesto, claro y sobrado de sabiduría, con conceptos y afirmaciones que ponen a pensar a las personas que quieren trabajar en el negocio de los restaurantes, la comida, la gastronomía o como quieran llamarlo.
Como nada es perfecto... debo confesar que yo fui al evento a ver a Anthony Bourdain, ese era mi objetivo y puedo decir que salí satisfecha, pero sin embargo, fué muy extraño ir al coffe break y verme rodeada de montones de personas relacionadas al mundo gastronómico y ver servidas las más simples galletas de pasta seca y café, creo yo que cualquiera hubiese esperado otra cosa.
En el brindis, mucho vino, mucho whisky, pero ni un tequeñito. No importa, ya que durante el brindis logré tomarme la gran foto con ANTHONY BOURDAIN.
Si quieren que les cuente algo más... solo pregunten.
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